Las costumbres
La religión se caracterizó por el ritualismo, el sentido contractual y la tolerancia.
La religión era una especie de contrato entre el hombre y la divinidad: el uno hacía sacrificios de animales u ofrendas de frutos y la otra le daba lo que pedía.
Si el creyente entendía que el dios no le cumplía, dejaba de rendirle culto.
En la religión romana no se exigía la fe o aceptación de determinadas doctrinas.